Habrá que frotarla, como si fuera la lámpara de la suerte. Esa cabeza rapada y brillante de Luciano Krikorian le cumple los deseos a este San Martín (T) puntero. Porque ante Platense, el pelado puso su testa en el 2-2, justo cuando se terminaba el partido. Algo que repitió contra Defensa, aunque en esa oportunidad lo hizo para gritar el triunfo. Y ayer cumplió por tercera vez, ante Godoy Cruz. Ni un pelo de zonzo.El Santo acudió a su plan casero: presionar y ser protagonista. Oviedo apareció como la carta fuerte, aunque no tenía compañía arriba. Así, Olmedo trataba de amedrentar el peligro y a su vez intentaba generar alguna contra para un Tomba que no sufrió de milagro. Porque a los 33'', Salomón bajó a Leone en el borde del área del Tomba y... Pittana vio la falta, claro, pero la cobró afuera. Error. En fin, los de Roldán tuvieron que intentar por otros medios ante un rival al que le costó tomar la bocha y salir, aunque supo aguantar.Pero como a los mendocinos les resultaba casi imposible llegar al arco de Caffa, Fabro aprovechó la única clara: se metió en el área y clavó un bombazo que se clavó en el ángulo derecho. Y hasta Ramírez podría haber aumentado la cuenta, sin embargo definió por arriba. Aunque la gente se hizo sentir y por arte de magia llegó un penal que Ibáñez transformó en el 1-1. Una ilusión óptica que inventó Oviedo, quien se dejó caer ante Curbello, y que esta vez compró mal el juez. Así, los del Tomba se le fueron al humo... Desde entonces, pudo ser para cualquiera, pero la testa de Krikorian esperó hasta los 47'' del ST para hacer estallar al estadio en el 2-1 final. Tucumán, a la cabeza.
olé