lunes, 26 de noviembre de 2007

Pinchevsky, un sumario que duerme en un cajón


Intenciones: la elección de Blanca Soto (la esposa de Pinchevsky) parece perseguir objetivos políticos. El médico fue defenestrado por la política de revisión de los derechos humanos del Gobierno nacional, en momentos que JCT -entonces ministro de Gobierno- se negaba a aceptar la creación de una secretaría de DD.HH. provincial. El sumario que el Gobierno provincial le inició al médico Eduardo Pinchevsky, acusado de participar en la represión en el campo de concentración La Perla (en Córdoba), descansa en un cajón del Ministerio de Gobierno. Según trascendió, todavía no encontraron los antecedentes para aplicar una resolución sancionatoria.Pero además ahora surgió un elemento político relevante: la secretaria de Participación Comunitaria y Acción Social de la futura gestión de Juan Carlos Tierno como intendente de Santa Rosa, Blanca Soto, es la esposa del ex funcionario desplazado.Soto es una ex funcionaria de los gobiernos de Ahuad y Marín ya que estuvo al frente de la Dirección de Familia y el Menor entre los años 1989 y 1992. Su salida del cargo estuvo envuelta en acusaciones por cheques y giro de dinero a fundaciones, aunque el caso fue silenciado por el poder político.Pinchevsky fue desplazado en febrero de 2006 cuando trascendió sobre su participación en La Perla. En ese momento era Coordinador Ejecutivo de Capacitación del Recurso Humano desde diciembre de 2003 cuando asumió Carlos Verna en la gobernación de La Pampa, Gazia en el MBS y Ojuez en la Subsecretaría de Salud.El Gobierno, cuando estalló el escándalo, anunció que había iniciado un sumario: todavía no concluye a casi 2 años del hecho.
Acusaciones
El médico Eduardo Pinchevsky aparece citado en un informe de la Comisión Argentina de Derechos Humanos, elaborado en el año ’80, en el que se describe la situación padecida en el campo “La Perla”, de Córdoba.Allí, Pinchevsky es presentado como un entusiasta delator, que contribuyó notablemente a que el operativo represor fuera eficiente. También se lo involucra como directamente responsable de la muerte de un dirigente montonero (ver aparte).Un informe especial de la Comisión Argentina de Derechos Humanos, fechado en Madrid (España) en 1980, señala al médico Eduardo Pinchevsky como uno de los responsables del asesinato de “Kung Fu” Aguirre, un dirigente montonero. Dicen que el médico se jactaba de tener “un dedo magnético” y que fue uno de los organizadores del colaboracionismo.“Pinchevsky cayó en las formas más ruines de la colaboración y la delación”, asevera textualmente la documentación girada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación al Ministerio de Bienestar Social de la provincia, que está tratando de resolver los pasos a seguir respecto del médico.Pinchevsky fue apartado de su cargo de coordinador ejecutivo de Capacitación del Recurso Humano del área de Salud. Pero sigue formando parte de la planta permanente hasta que se esclarezca cuál fue su compromiso concreto durante la dictadura militar.Para ello, el MBS espera dos informes más: uno de la jueza Cristina Garzón de Lascano (Juzgado Federal Nº 3 de Córdoba) y otro del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).
Un “marcador”
El informe girado por el área de Derechos Humanos indica que los testimonios de los sobrevivientes fueron ratificados ante la CONADEP y en sede judicial. Pinchevsky aparece mencionado por su apellido, como Osvaldo Pinchevsky o como Eduardo Pinchevsky. “De la lectura de los testimonios se extrae que, siempre, más allá de la denominación, se está tratando de la misma persona, que su alias era ‘Paco’, que era estudiante de Medicina, oriundo de La Plata”, indica en la nota cursada a Bienestar Social el doctor Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de la Nación.El informe especial sobre desaparecidos en la Argentina -elaborado en Madrid, en el año 1980- incluye a Pinchevsky como “civil adscripto a Inteligencia del Ejército”. El relato que se hace de sus actividades coincide con lo que explican otra bibliografía y otras fuentes.En un párrafo, el informe dice que “muchas de las tareas de inteligencia eran realizadas por un grupo de prisioneros que colaboraron decididamente con la represión”, entre ellos Pinchevsky. “Con un poco de presión sobre él, los oficiales de Inteligencia obtenían todo. Se desesperaba por ‘marcar’. Por ejemplo, cuando realizaba reconocimiento en el archivo fotográfico de La Perla, y no lograba identificar a nadie, repasaba una y otra vez el material mientras exclamaba, contrariado: ‘¡Cómo puede ser que no reconozca a nadie!’”.A Pinchevsky se lo cita como ex aspirante montonero, integrante de la mesa regional de la Juventud Universitaria Peronista de Córdoba, detenido el 8 de julio del ’76 “y actualmente integrado como civil adscripto en el Destacamento 141 (Grupo ‘Calle’) que se desempeña simultáneamente como oficinista en la Municipalidad de Córdoba en uno de los puestos de trabajo suministrados al Ejército para realizar tareas de control político”.
Organizó la colaboración
Más adelante, el informe indica otra fecha respecto del secuestro de Pinchevsky: el 8 de junio del ’76. Señala que a partir de su llegada a “La Perla”, junto con Andrés “Chacho” Remondegui, se inicia “un proceso peculiar, que no es inédito, de organización de la colaboración”.“El ingreso de Pinchevsky a La Perla comenzó a perfilar el posterior desarrollo e integración de un equipo para tareas de contrainsurgencia dirigidas contra Montoneros y el Partido Comunista Argentino. Pinchevsky llegó a La Perla colaborando”, asevera el documento.“Su llegada -añadió- produjo una sensación de irrealidad entre los prisioneros. Sin vendas, con una valija en la mano, sonriente, bien vestido, provisto de cigarrillos y de diversos elementos de higiene personal. Al principio durmió en las oficinas. Nunca conoció la tortura. Pero a las 48 horas de permanecer en el campo, él repetía en voz alta, delante de otros prisioneros: ‘Siempre admiré a la oficialidad joven del Ejército’”.“Es evidente que la colaboración de estos prisioneros fue fundamental para tornar más eficaz la represión. En La Plata delataron a unos 40 activistas y militantes y provocaron la muerte de otros tantos más. Durante el tiempo que ellos permanecieron en esa ciudad, capital de la provincia de Buenos Aires, elaboraron además un manual de contrainsurgencia. Ella (‘La Gorda’) quedó en La Plata, trabajando en forma orgánica en la Policía”, asegura.La Comisión dijo también que “a su regreso a La Perla, Pinchevsky hacía ostentación ante los prisioneros de ‘su’ campaña en La Plata. Según él, prácticamente los colaboradores habían dirigido a las fuerzas represivas”.
el diario