La presidente electa, Cristina Fernández de Kirchner, anunciará su gabinete antes de finalizar esta semana. El objetivo es, además de mantener la iniciativa política, clausurar todas las internas, trascendidos y operaciones de los últimos días sobre los eventuales integrantes del equipo que la acompañará en su gestión. Este fin de semana, el afectado fue el ministro de Economía, Miguel Peirano, quien hace más de una semana comunicó al presidente Néstor Kirchner su decisión de no continuar al frente del Palacio de Hacienda. La difusión de la noticia no fue novedad para las más altas autoridades de la Casa Rosada pero generó bastante desconcierto en las líneas medias de la administración e incrementó las versiones sobre posibles relevos o confirmaciones entre funcionarios de distinto nivel. La ola de rumores llegó a incluir una versión que indicaba que Peirano abandonaría su cargo en las próximas horas. Frente al revuelo, el matrimonio presidencial decidió adelantar varios días el anuncio sobre la conformación del futuro gabinete que acompañará a la presidente electa a partir del 10 de diciembre próximo. En el caso de Peirano es cierto que el estado de salud de su madre generó un estado de conmoción en el ministro de Economía. Pero las razones de su decisión también incluyeron la disputa con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, además de algunos movimientos a nivel de secretarías que afectaban a gente de su entorno. Ante ese panorama, Peirano interpretó que, si bien quería seguir siendo parte del proyecto kirchnerista, era el momento de "correrse". Sin embargo, en un sector del gobierno atribuyeron las primeras informaciones acerca de la continuidad de Peirano a la interna que, en un peldaño superior, mantienen otros funcionarios como el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio De Vido.
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