Razones: La Pampa es una de las 9 provincias en las que, desde el regreso de la democracia, las elecciones para la Gobernación las ganó siempre el mismo partido. Un informe demuestra el peso que tienen el aparato del Estado y el clientelismo. Las estadísticas ponen en duda aquello de la alternancia en el poder. Si como señalan los textos de formación cívica para que exista una auténtica democracia debe haber alternancia en el poder entre oficialismo y oposición, hay que decir que el sistema político argentino aún exhibe muchas debilidades. Al menos en lo que se refiere a las elecciones a gobernador.Según un relevamiento elaborado por la agencia Diarios y Noticias (DyN) de los comicios realizados desde 1983 hasta la fecha en todas las provincias argentinas y en la ciudad de Buenos Aires, sólo en una de cada cinco elecciones la oposición ha logrado triunfar sobre el oficialismo y producir un recambio en el signo político. O dicho de otro modo, la oposición logra ganar aproximadamente cada veinte años, si se considera que los mandatos a gobernador son de cuatro años.Los resultados fueron elaborados considerando sólo los cambios en el poder por vía de elecciones, por lo cual no se incluyeron las intervenciones federales; los relevos por juicio político, renuncia, enfermedad o muerte; ni la designación de intendentes porteños por parte del gobierno nacional practicada hasta 1996.La estadística confeccionada en base a información del Ministerio del Interior y los sitios especializados Rulers.Org y Guía Electoral indica que de 145 elecciones a gobernador realizadas hasta el momento, sólo en 27 la oposición a la administración local consiguió imponerse.Esto arroja un promedio de 18,62 por ciento a favor de la oposición y del 81,38 por ciento a favor del oficialismo. De este modo queda en evidencia la influencia decisiva que tiene en los resultados electorales la estructura de los estados provinciales y de los fondos que manejan, así como lo dificultoso que resulta para la oposición hacer frente a esa mayor disposición de recursos que ostenta el oficialismo.El trabajo también revela que hay nueve provincias en las que desde 1983 siempre gobernó la misma fuerza política, siete distritos en los que hubo un solo cambio de mando, cuatro provincias con dos triunfos opositores y cuatro provincias con tres victorias para el partido aspirante.Es decir que en 16 de los 24 distritos del país no hubo cambios, o hubo uno solo, a lo largo de 24 años de democracia. Entre las provincias en las que siempre triunfó el oficialismo, una es gobernada por el radicalismo (Río Negro), una por el Movimiento Popular Neuquino (Neuquén) y siete por el justicialismo (Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, San Luis, Santa Cruz y Santa Fe).Los distritos en los que el oficialismo perdió una sola vez se encuentran Buenos Aires, Córdoba y Misiones (en los tres casos se pasó del radicalismo al justicialismo); Catamarca y Santiago del Estero (el PJ perdió el poder a manos de la UCR); Corrientes (del Pacto Autonomista-Liberal al radicalismo) y Capital Federal (del radicalismo/aliancismo/ibarrismo al PRO).En tanto en el Chaco, Mendoza, Salta y Tucumán hubo alternancia en dos oportunidades, mientras que en Chubut, Entre Ríos, San Juan y Tierra del Fuego el oficialismo perdió en tres oportunidades. Tierra del Fuego es el más oscilante de todos los distritos, ya que desde que fue declarada la provincia número 23 de la Argentina realizó cinco comicios, con dos triunfos oficialistas y tres victorias opositoras.Otro dato que arroja el trabajo es que las intervenciones federales sólo en pocas ocasiones favorecen un cambio de signo político. Desde 1983 hasta el presente hubo seis medidas de este tipo, una en Catamarca, una en Tucumán, dos en Corrientes y dos en Santiago del Estero.En cuatro casos el partido que estaba en el poder antes de la intervención pudo retener el control del gobierno, y en dos ocasiones la oposición logró imponerse en las elecciones inmediatamente posteriores al período de excepción.
"El Diario"