Si la máquina del tiempo no fuera solo un tema de ciencia ficción, más de un dirigente político estaría en su casa, con pantuflas y control remoto, en vez de sacarse fotos en los diarios.
El desfile hipócrita, tirando a siniestro, de políticos por la carpa de los jubilados en el centro cívico no tuvo desperdicio.
Se las pudo ver, casi del brazo, a Josefina Díaz y a Delia Braun.
Cuando llegaron no faltó el que le preguntó a su compañero de carpa “¿no eran estas funcionarias de la Alianza que les sacó el 13% de sus sueldos a jubilados y trabajadores estatales?, a lo que respondió un memorioso “las dos no. Una sí, Díaz, porque era titular del COMFER en La Pampa, esa sí fue funcionaria; pero la otra es la esposa del que quiso ocultar la aftosa que trajo, por su inutilidad al país, cuando ya hacía rato que no teníamos ¡y pensar que quería ser ministro de defensa!, las cosas que hubieran entrado, seguro que hoy estamos en guerra con Islas Baleares…
Otro viejito divisó una aquilatada figura y acomodándose los anteojos reconoció al sindicalista, novel combativo, Jorge Lezcano. “Che, donde estuvo este cuando Marín nos congeló la antiguedad, o cuando nos quitaron los créditos del ISS?” a lo que aportó otro “seguramente estaba preocupado acomodando los papeles de cuando lo rajaron del Banco de La Pampa”. A pesar del Alzehimer no faltó otro que trajo a la memoria que Lezcano también brilló por su ausencia cuando quitaron el 7% a los jubilados.
Mientras los ancianos charlaban, un grupo de "jóvenes sindicalistas" de la menemista UPCN le rompían la paciencia a todo el mundo, y hacían llorar a cuanta criatura pasaba por el lugar, lanzando bombas de estruendo. Lo que no sabían es que el destinatario de semejante bochinche andaba por el oeste profundo inaugurando obras.
Por: Funes, El Memorioso