lunes, 20 de agosto de 2007

Triste, solitario y final...

Ya sabemos que el título está muy gastado para ocasiones como esta, pero no se nos ocurrió otro, y le pedimos perdón al gordo Soriano por mezclarlo con cuestiones tan mundanas, pero él estará todavía saltando en una nube por el campeonato de San Lorenzo. Triste, solitario y final. Así parece ser el final del mandato de Néstor Alcala al frente del principal municipio de La Pampa.
No pocos son los que recordarán lo que en principio pareció un exabrupto, pero evidentemente estaba bien meditado. Nos referimos obviamente al discurso de asunción del actual jefe comunal, donde intentó por todos los medios diferenciarse de su antecesor, el hoy candidato a gobernador Oscar Mario Jorge.
Vueltas que tiene la vida: seguramente el próximo intendente le pagará con la misma moneda al despedirlo.
No es para menos. En la recta final de su intendencia parece ser que ha decidido dar rienda suelta a todos los desaciertos que tenía escondidos en su caja de Pandora.
Anuncia obras como propias que son financiadas por la provincia.
No puede, ni aún con el salvavidas del PEP solucionar el conflicto de la basura.
Prometió un autódromo que ya sabe desde hace tiempo que no se construirá en Santa Rosa, al menos no mientras dure su gestión, Y aún así continúa engañando a los entusiastas tuercas y a su vecino Roberto Torres.
Anunció el masivo pase a planta permanente de los trabajadores municipales que revistaban como planes sociales y ahora sale a decir que en su momento se opuso. Aquí hacemos un alto ¿Por qué recién ahora explica su oposición en aquel momento? ¿Será que tienen razón los que aseguran que los tiempos que marcó el concejo son imposibles de cumplir, sin causar un importante quebranto a las arcas municipales? ¿Será que se juntaron en su momento las necesidades electorales de un dirigente en decadencia, Alcala, y fuerzas que ni sueñan con llegar al corto plazo al gobierno municipal, los opositores, y generaron semejante desbarajuste que aunque ya no estén la mayoría de ellos en el edificio de la Avda. San Martín los capitalinos se acordarán de ellos y sus familiares por muchos años?.
Sobre el final de su gestión, el marinista intendente de Santa Rosa comienza a sentir las consecuencias de algunos de sus groseros desaciertos:
- Haber armado una lista de colaboradores de urgencia, sin meditar la capacidad y el olfato político de ellos.
- Haber acordado otorgarle la minoría a la línea que encabezaba el Eduardo “Cala” Molteni, permitiendo el ingreso de Juan Carlos Suárez. Sobre este último tendría que haber calculado que si no pagaba sus deudas económicas, menos lo haría con las políticas: terminó traicionando a Molteni, a Elsa Labegorra (la ideóloga de dar una minoría que no se había conseguido en las urnas), a los que lo bancaron para que se plantara en el CD, e intentó encabezar la oposición (traicionando a Claudia Giorgis y Leandro Altolaguirre). - Haber permitido que sus funcionarios municipales, al mes de haber asumido, cuando se pasaban de bebidas espirituosas hablaran de “Alcala Gobernador 2007”, lo cual no le cayó para nada en gracia al barbado jefe del centro cívico.
- Tampoco le vino bien a Alcala haber traicionado a su vice intendente y al único concejal con experiencia política. Sergio Draque no deja pasar oportunidad de “devolverle” favores y Rubén Funes desde su cargo provincial le hizo la vida imposible.

Dicen por los pasillos que su vecina María Teresa Paz de Fuertes, fiel a su estilo, ya pegó un salto de su lado, para no quedar “pegada” al final de la gestión, y ahora cuestiona, junto a Draque, cuanto proyecto quieren aprobar los marinistas en el deliberativo. Algunos se preguntan si la aquilatada catamarqueña no dejará listas negras armadas cuando se vaya, como lo hizo en el Ministerio de Educación de Miguel Tanos, del cual también fue funcionaria, a pesar de que quiere olvidarlo. Aunque es poco probable porque tendría que sacrificar a su cría, pero nunca se sabe.
Tan solitario dicen que está en su despacho que, siempre llevándonos por lo que dicen, su funcionaria de más confianza, la que más salió al lado de él en las fotos de los diarios, la que más esfuerzos hizo por llegar y mantenerse en su cargo, la que más gastó pagando a medios y periodistas (dicen que compró un sindicato completo), la que más gustaba llamarlo por su primer nombre “Néstor”, cuando hablaba de él, para que se viera su cercanía, a la que no se podía cuestionar en las reuniones de gabinete municipal porque el intendente se enojaba, bueno… dicen que ella… ya marcó tantas veces el teléfono de un abogado que vive a la vuelta de su trabajo, sí el de Juan Carlos Tierno, para “ponerse a su servicio” porque calcula que es el que tiene más posibilidades, que ya ni le responden en el domicilio de la calle Mitre cuando identifican su número telefónico.
Los mismos dicen que a pesar de haber recibido la sugerencia del hombre de los pasacalles diciéndole “vos tenés que terminar un mandato junto a tu jefe, después vemos, yo ya tengo un equipo de prensa…” , y frases pro el estilo. A pesar de todo eso, ella ya repite, ante quien la quiera oír, que “Juan Carlos me llamó para que le maneje la prensa”, causando solo risas a sus espaldas por la patética escena.
Ojalá “Néstor” no lea estas líneas, porque posiblemente le tire con un termo, o un mate, o una botella de agua mineral, o un yerbero, o con cualquiera de las cosas que acostumbraría a revolearles a sus funcionarios cuando no le responden como él quiere.
por Abbadon Mazen y Aaron Mahiden