Francia tendrá a partir de 2009 el primer "hospital cerrado" especialmente concebido para pedófilos, anunció ayer el presidente Nicolas Sarkozy, que se proclamó favorable a la "castración química" y contrario a la reducción de penas para los detenidos por agresiones sexuales contra menores. Con esas iniciativas, Sarkozy pretendió demostrar su capacidad de reacción, después de la intensa conmoción creada en Francia por el caso de un reincidente que violó la semana pasada a un niño de 5 años, poco después de salir de la cárcel, donde un médico le había dado una receta que lo autorizaba a comprar Viagra. "No permitiré que predadores de ese tipo anden en libertad cuando es posible evitar esos dramas", insistió Sarkozy después de recibir durante media hora en el Palacio del Elíseo al padre del niño agredido y secuestrado la semana pasada en Roubaix, en el extremo norte de Francia. "He venido a pedirle [al presidente] que cumpla con las promesas que formuló durante la campaña electoral", dijo el padre del niño al término de la reunión. Sarkozy le prometió aplicar penas "más severas" contra "monstruos como ése". En un contexto de conmoción nacional por la brutalidad del caso, Sarkozy convocó a una reunión ministerial exclusivamente consagrada a tratar el caso de los delincuentes sexuales reincidentes. Durante esas deliberaciones, se decidió que los detenidos por delitos de carácter sexual no podrán beneficiarse con reducciones de pena -como ocurría hasta ahora- y sólo recuperarán su libertad luego de haber sido examinados por un colegio médico para determinar su peligrosidad. Quienes sean considerados peligrosos serán internados en un hospital cerrado. El primer establecimiento de ese género será inaugurado en la ciudad de Lyon en 2009, anunció, pero no dio precisiones sobre las características de ese tipo de instituciones. Los ex convictos que acepten tratarse "podrán gozar de permisos", explicó, pero serán vigilados mediante un brazalete electrónico. Sarkozy también se declaró partidario de la "castración química" de los pedófilos "que acepten hacerse curar". La ministra de Justicia, Rachida Dati, fue encargada de integrar esas disposiciones en la llamada ley sobre la condición penitenciaria, que será examinada en noviembre por el Parlamento. Sarkozy convocó apresuradamente a esa reunión en su primera jornada después de regresar de vacaciones, para mostrar su preocupación por el caso que conmocionó al país. El autor de la agresión, Francis Evrard, de 61 años, había sido condenado en tres ocasiones por violación de menores y pasó buena parte de su vida en la cárcel. El 2 de julio último salió de prisión y el miércoles pasado secuestró en Roubaix al pequeño Enis, de 5 años. El hombre fue rápidamente detenido gracias a las fotos difundidas por la prensa. Pese a la celeridad de la intervención policial, tuvo tiempo de agredir al niño. El caso, particularmente conmovedor, adquirió proporciones todavía más dramáticas cuando se descubrió que tenía en su bolsillo una caja empezada de Viagra. Evrard explicó que un médico de la prisión de Caen le había recetado ese estimulante sexual para combatir los problemas de erección. El médico reconoció el lunes que había hecho esa receta, pero argumentó que no conocía la historia clínica del detenido.
La Nación