El Congreso se ha convertido, de hecho, en una cáscara vacía subordinada a las órdenes de la Casa Rosada. Así lo expresan las cifras, que hablan por sí solas de la debilidad del Poder Legislativo: en lo que va de su mandato, Néstor Kirchner firmó 249 decretos de necesidad y urgencia (DNU), mientras que sólo envió al Parlamento 176 proyectos de ley. Según un relevamiento del Centro de Estudios para Políticas Públicas Aplicadas (Ceppa), en su primer año de gobierno Kirchner firmó 67 decretos y el Congreso sancionó 56 proyectos de ley del Poder Ejecutivo; en el segundo año se firmaron 73 DNU y se aprobaron 43 proyectos de ley del Gobierno; en el tercer año hubo 61 decretos de Kirchner contra 35 leyes del Poder Ejecutivo, y en el cuarto año, 48 decretos y 40 proyectos de ley del Ejecutivo.
La Nación