jueves, 13 de septiembre de 2007

Kirchner recibió a Moyano en medio de la pelea en la CGT


Fue llamativo. El mismo día en que se esperaba una fuerte movida de varios sindicatos, encabezados por el barrionuevismo, contra el poder que encarna el titular de la CGT, Hugo Moyano, el presidente Néstor Kirchner recibió en la Casa Rosada al líder camionero y a una docena de gremios, entre ellos varios "pesados" como bancarios, metalúrgicos, construcción y estatales de UPCN.El tema fue la firma de un decreto que declara monumento histórico al edificio de la CGT, iniciativa que fue leída como un gesto de Kirchner hacia el sector sindical, relegado en sus aspiraciones de tener una mayor incidencia en las listas de candidatos a diputados en las elecciones de octubre.Pero además, la reunión se produjo en momentos en que los popes sindicales dejan trascender que existe un incipiente debate -y cierta inquietud- acerca de la futura relación de la CGT con un eventual gobierno de Cristina Kirchner. Pese a apoyar la postulación de Cristina, el propio Moyano blanqueó días pasados sus "dudas" y "preocupaciones" y aclaró que no iban a "aceptar todo con los ojos cerrados".Con este marco, la reunión "fue coloquial, realmente de compañeros", y no se mencionó la interna que enfrenta a Luis Barrionuevo con Moyano, aseguró a Clarín uno de los partícipes del cónclave realizado en la Sala de Situación de la Casa de Gobierno.Según las fuentes consultadas, Moyano invitó a Kirchner a comer un asado en la CGT y celebrar así el decreto, que fue muy bien recibido por los sindicalistas. "Macanudo, fijemos fecha", aceptó Kirchner el convite, aunque el día no quedó definido. Se sumó el metalúrgico Antonio Caló, que propuso colocar una placa el día de la visita. El emblemático edificio de la CGT, en Azopardo 802, fue inaugurado por Perón el 18 de octubre de 1950. Fue donado por Evita a través de su fundación, y dos años después sus restos serían velados en ese lugar.Muy "embalado", según las fuentes, Kirchner habló largo con los gremialistas y destacó la "importancia del movimiento obrero" para el país; reiteró su metáfora de que se está "saliendo del infierno" y afirmó que iba a haber "más calidad" institucional en un gobierno de su esposa. También se refirió al "diálogo social" que busca comprometer a trabajadores y empresarios, la idea-fuerza que Cristina planteó en su lanzamiento en La Plata el 19 de julio último.A su turno, Moyano reconoció que había un "acuerdo implícito" entre la CGT y el Gobierno, al que defendió por las "coincidencias" con la línea política oficial.Al término hizo declaraciones el titular de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, cuyo gremio salió muy beneficiado por la reestatización de Aguas Argentinas. Admitió que "sería muy negativo" que si Cristina es elegida presidenta "no se siente a dialogar" con la CGT, pero pidió "esperar: no podemos abrir el paraguas antes de tiempo".Para ilustrar que todo marcha bien, Lingeri recordó que "yo me he sacado fotos con Cristina, Moyano también. Cristina no tiene ningún problema y nos saludó con mucho respeto el día de los 120 años de la UIA".Pareció marcar más la cancha el secretario general de La Fraternidad, Omar Maturano, quien tras participar de la reunión habló por Radio América y afirmó: "Sabemos lo que tenemos que hacer y hasta dónde dar la lealtad. No podemos firmar cheques en blanco como lo hicimos con Menem." También sostuvo que en la CGT "no creemos que la futura presidenta quiera hablar con un dirigente que no representa a la gran mayoría de los trabajadores, sea Moyano o cualquier interlocutor. No estamos condicionados a que el poder político nos ponga a los secretarios generales".

Clarín