martes, 11 de septiembre de 2007

La Pampa posee las tasas más altas de suicidios dentro del país

Alarma: según la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio, la tasa de suicidios en la Argentina es de 8,2 por cada 100.000 personas. De acuerdo con un relevamiento, el 11% de los adolescentes pensó o intentó quitarse la vida. La población de 15 a 25 años es el grupo de mayor riesgo. Nuestra provincia sigue contando con un triste e histórico récord en su poder: comparte con Santa Cruz las tasas más altas de suicidios en el país, según un informe publicado por el diario La Nación, ayer, en coincidencia con el lanzamiento del primer Programa Nacional de Prevención.El artículo del matutino porteño, firmado por Fabiola Czubaj, hace hincapié en un informe reciente de la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio sobre el Servicio de Atención Telefónica a Personas en Crisis 136 en el cual se dio a conocer una muestra con un aumento de la cantidad de pedidos de ayuda.Allí, de las 1.319 llamadas que la línea registró en 1997, cuando se inauguró, o de las 2.697 en 2004, los operadores pasaron a recibir 11.096 llamadas en 2005 y 12.874 en 2006. “Pese a que el suicidio es un fenómeno con más impacto en la población masculina, en las llamadas a la línea prevalecen las consultas de mujeres”, se indica en el informe.El lanzamiento del primer Programa Nacional de Prevención, que se realizó ayer, permitirá -según promete- conocer el problema, sus causas y adelantarse a esa lamentable forma de terminar con la vida. Se estima que el 25% de los suicidios ocurre entre los 15 y los 25 años. Uno de los pocos estudios científicos disponibles en nuestro país demostró que el 11% de los adolescentes argentinos pensó o intentó suicidarse. Urgencianacional“El suicidio es una urgencia social nacional, ya que nuestra investigación demostró que no se trata de un problema regional, sino de una realidad de varias regiones del país. El 11% de los adolescentes argentinos está en riesgo de quitarse la vida, es decir que pensó o intentó suicidarse”, le dijo a La Nación la doctora en Psicología María Martina Casullo, investigadora del CONICET y coautora del estudio sobre alumnos secundarios de colegios públicos y privados.Reconocida por sus estudios sistemáticos y científicos, la doctora Casullo impulsa desde hace años la creación de un plan de prevención que incluya la formación de los profesionales que pueden identificar, intervenir y evitar un suicidio (policías, docentes, jueces y personal de la salud), así como también conocer qué factores específicos son los que disparan la decisión de un individuo en riesgo. Al respecto, Casullo sostiene la importancia de las autopsias psicológicas.“Es necesario que en la Argentina se hagan de manera sistemática en los casos de suicidios denunciados, que los jueces las ordenen con más frecuencia de lo que las piden actualmente”, señaló la directora del Doctorado en Psicología de la Universidad de Palermo (UP), donde ayer se presentó el programa nacional al conmemorarse el Día Mundial de Prevención del Suicidio.Esas autopsias consisten en entrevistas a la red de familiares y amigos de la persona que se quitó la vida. Esta medida judicial les aporta a los especialistas información sobre las causas y los factores de riesgo del suicidio, lo que ayuda a prevenir nuevos hechos. Según la Asociación Argentina de Prevención del Suicidio, la tasa de suicidios en la Argentina es de 8,2 por cada 100.000 personas. Las únicas estadísticas disponibles son de 2005, según precisó el licenciado Carlos Martínez, profesor de la cátedra de Suicidología de la UP y presidente de la AAPS. “Antes de 2000, la tasa era de 6,7 y en 2004, de 8,4; pero 2001 marcó sin duda un quiebre de la tendencia”, precisó.Martínez, uno de los redactores del Programa Nacional de Prevención, consideró que “el efecto contagio se está presentando con mayor frecuencia y virulencia. Afortunadamente, podemos detectar ese fenómeno a tiempo, pero necesitamos las herramientas para hacerlo”. Estimó que si las provincias lo adoptan como referencia, el programa permitirá contener rápidamente ese efecto.DatoslocalesUn informe reciente de la AAPS sobre el Servicio de Atención Telefónica a Personas en Crisis de nuestra provincia -que comparte con Santa Cruz las tasas más altas de suicidio en el país-, por ejemplo, mostró un aumento de la cantidad de pedidos de ayuda.Allí, de las 1.319 llamadas que la línea 136 registró en 1997, cuando se inauguró, o de las 2.697 en 2004, los operadores pasaron a recibir 11.096 llamadas en 2005 y 12.874 en 2006.En general, los factores de riesgo de una conducta suicida incluyen una psicopatología, la soledad, el aislamiento, los antecedentes familiares de suicidio y el pensamiento rígido. “La rigidez cognitiva es muy frecuente en estas personas, para las que todo es blanco o negro, y no hay grises posibles”, explicó Casullo, que realizó el estudio sobre alumnos secundarios con las doctoras Mercedes Fernández Liporace y Norma Contini de González. La investigación incluyó a 1.297 varones y mujeres, de 12 a 20 años, en distintas provincias, que respondieron un cuestionario sobre factores de riesgo de pensamiento y comportamiento suicida, como la desesperanza, la baja autoestima, la incapacidad de enfrentar emociones, la soledad y el abatimiento. Las autoras hallaron que un 11% de los adolescentes había pensado o intentado quitarse la vida. “Es una franja etaria muy relacionada con el consumo de drogas, la pérdida de valores, la falta de un proyecto de vida y una gran exposición a mensajes y productos culturales que hablan de que ya nada tiene sentido”, indicó Casullo.
El Diario