Cuando hace un par de años la Justicia pampeana comenzó a investigar, seriamente en apariencia, los casos de corrupción de la anterior gestión, la mayoría de la población pampeana miró con atención al proceso y con desconfianza a los resultados.
Con atención, porque desde los cordones cunetas truchos de la gestión de Néstor Ahuad parecía que nunca más se iba a prestar atención a los negociados de la clase política pampeana. Como se recordará, la investigación terminó sin ningún preso, con condenados a “no ejercer” cargos públicos (que con la plata que hicieron no los necesitan), y con los máximos responsables presentándose como candidatos en elecciones posteriores, algunos de ellos todavía gozan de fueros parlamentarios, gracias a la impunidad que otorga la lista sábana.
Con el ruido fresco de las últimas elecciones. Con el modesto festejo de los ganadores, y la sorda furia de los derrotados. Con las catarsis de unos y otros en las tapas de los diarios.
Con todo eso, y los análisis que aún faltan cuando se conozcan los integrantes de futuros gabinetes y nuevos acomodamientos en la vida de los partidos políticos pampeanos, sería por demás conveniente no obnubilarse por esos debates y no perder de vista que aún hay casos que la sociedad pampeana espera ver resueltos, y con los responsables castigados y no premiados con cargos políticos.
Por si algún desprevenido lector aún no sabe de lo que hablo, permítanme recordarles a nuestros ilustrísimos jueces y a los integrantes de los demás poderes, que aún restan por resolver resonantes casos de corrupción en la vida institucional de La Pampa:
- Las causas madres, hijas (y toda la parentela) de la millonaria estructura de corrupción que abarcó a los más altos funcionarios y a varios empleados del Instituto Provincial Autárquico de la Vivienda (IPAV); que tuvo presos por un tiempo a sus dos ¿máximos? responsables, y que aún sin condena se pasean, vacacionan y hacen negocios con el estado, mientras esperan que los jueces se expidan sobre las causas.
- Los “viajes truchos”, que involucraban a las próximamente sin fueros parlamentarios Elsa Labegorra y Marta Cardoso.
- Los “subsidios truchos” a fundaciones, clubes y entidades deportivas que apuntaban a Sergio David, alias “suertudo” (por lo del Tío Rico).
- Los casos, son más de uno, que involucran a Santiago “Patucho” Alvarez.
- Los “recorrido inflados” del transporte urbano de pasajeros en Santa Rosa, hoy judicialmente sin resolver. Esta aparente estafa involucra también al Estado Nacional, puesto que se trataba de un subsidio, el del gas oil, otorgado en esa órbita, y que tiene como principal sospechoso al intendente Néstor Alcala y a sus funcionarios más cercanos.
- Las supuestas coimas y facturas truchas en la construcción del Acueducto del Río Colorado, cuyas actuaciones tienen como protagonista principal al ing. Raúl Rodríguez.
- Las causas que investigan a los delatores civiles, durante la última dictadura militar, que provocaron la tortura y la muerte de militantes pampeanos.
Como se puede ver son varias las causas que tienen en sus manos los jueces provinciales y federales, que involucran directamente a prominentes personajes de nuestro quehacer político, cuyos resultados pueden marcar definitivamente el futuro de la actividad de nuestra democracia pampeana.
Es de suponer que nuestros “prohombres” judiciales sabrán que solo hay dos resultados posibles: la impunidad para los delitos políticos, a esta altura se puede hablar de sociales, o la Justicia que les viene reclamando desde hace rato nuestro pueblo. Eso sí, cualquiera sean sus resoluciones, que no esperen el olvido.
Funes El Memorioso