La elección presidencial del domingo será la sexta consecutiva desde 1983, el período democrático más largo que reconoce la Argentina desde que se institucionalizó la ley Sáenz Peña con el voto obligatorio, secreto y universal, en 1912. El comicio general será el cuarto que se defina de acuerdo con el sistema aprobado por la Constitución reformada en 1994, que prevé una segunda vuelta electoral en el caso de que ninguno de los candidatos supere el 40 por ciento de los votos con 10 por ciento de diferencia sobre el segundo. Tampoco habrá ballottage en el supuesto de que una fórmula presidencial obtenga el 45 por ciento de los votos, sin importar cuánto logre el inmediato perseguidor. Es la primera vez que tres mujeres disputan el cargo político más significativo del país, dos de las cuales Cristina Fernández de Kirchner -la tercera es Vilma Ripoll-, por el Frente para la Victoria (FPV), y Elisa Carrió, por la Coalición Cívica (CC), tienen chances ciertas de ser consagradas presidentas, según las principales encuestadoras del país.
Además del Presidente y del Vicepresidente de la Nación, los argentinos deberán elegir senadores nacionales en ocho provincias y 130 diputados nacionales en todo el país. El padrón electoral habilita a 27.009.192 ciudadanos a sufragar, 13.869.130 son mujeres y 13.140.062 son varones, quienes votarán en 73.711 mesas distribuidas en todo el territorio argentino.
En este turno electoral se presentaron 14 binomios electorales , con la particularidad de que ninguno de los dos grandes partidos (justicialismo y radicalismo) se presentan en la disputa con la sigla tradicional, sino a través de alianzas o partidos con aquellas inspiraciones.
En las dos primeras elecciones presidenciales del presente período democrático la definición quedó a cargo de radicales y peronistas.
En 1983, ganó el radical Raúl Alfonsín con el 51,7 por ciento de los votos, sobre el peronista Italo Luder que obtuvo el 40,2 por ciento, seguido muy lejos por el intransigente Oscar Alende con el 2,3 por ciento.
El radicalismo ganó con la consigna "Ahora, Alfonsín", quien durante la campaña había causado un fuerte impacto con la denuncia de un pacto militar-sindical peronista.
En la elección siguiente, ocurrida el 14 de mayo del '89, Carlos Menem se impuso por el 47,5 por ciento de los votos, frente al 37,1 que sacó el radical Eduardo Angeloz. El tercero fue Alvaro Alsagaray (UCedé), que logró el 6,5 por ciento, sobre un 84,6 por ciento de sufragios y sólo el 1,2 por ciento de votantes en blanco.
Menem triunfó con la consigna "Síganme, no los voy a defraudar", mientras que Angeloz proponía "Lápiz rojo" para controlar las cuentas fiscales.
Reformada la Carta Magna en 1994 con reelección presidencia, Menem ganó la elección el 14 de mayo del '95 con el 49,8 por ciento sobre la fórmula del Frepaso, Bordón-Chacho Alvarez, que orilló el 30 por ciento.
El tercer candidato fue el radical Horacio Massaccesi que consiguió un magro 17 por ciento de los sufragios. Votó el 82,1 por ciento del padrón y el voto en blanco levantó al 3,6 por ciento.
La cuarta elección presidencial desde '83 fue el 24 de octubre de 1999, oportunidad en que la Alianza con Fernando de la Rúa se impuso al bonaerense Eduardo Duhalde por 48,4 por ciento a 38,3. El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, fue tercero con el 10,2 por ciento con el partido Acción por la República (AR).
En esa oportunidad, el nivel de votación alcanzó el 80,5 por ciento, mientras que los en blanco sumaron el 3 por ciento.
El radical De la Rúa ganó sin cuestionar la convertibilidad de un peso, un dólar impuesto por el gobierno anterior. En diciembre de 2001 abandonó el gobierno -graficada por la abrupta salida de la Casa de Gobierno en helicóptero- el mismo día en que morían víctimas de la represión policial cinco personas en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.
A De la Rúa le sucedió el senador nacional Ramón Puerta, presidente provisional del Senado, y a éste el entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, quien renunció a la semana y fue sucedido por algunas horas por el presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Camaño, que dio paso a la asunción del senador Eduardo Duhalde, quien llamó a elecciones tras de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
La crisis monumental desatada en 2001/2002, donde millones de argentinos ingresaron de la noche a la mañana en la pobreza y en la indigencia, preparó el terreno para las elecciones presidenciales de 2003.
En la quinta ocasión en que se eligió presidente, el 27 de abril de 2003, se produjo la singularidad de que hubiera tres candidatos que tenían el escudo peronista del partido Justicialista. Sin dudas, fue una interna abierta del peronismo, dirimida por todos los argentinos.
Los candidatos del PJ fueron el ex presidente Carlos Menem, que sacó el 24,34 por ciento de los votos, quedó primero; Néstor Kirchner logró el 21,99 por ciento y se ubicó en el segundo lugar y Adolfo Rodríguez Saá se quedó en el quinto puesto. El tercero fue Ricardo López Murphy, de Recrear, quien consiguió el 16,35 por ciento de los votos.
Los votantes no llegaron al 70 por ciento de los electores habilitados y en blanco anduvieron por el 0,89 por ciento. En el aire aún flotaba la consigna de la crisis "que se vayan todos".
La segunda vuelta electoral debía producirse el 18 de mayo, pero Menem declinó presentarse y el 25 de mayo de 2003 Kirchner juró en el Congreso Nacional como el quincuagésimo tercer presidente de los argentinos.
Según la mayoría de las tendencias de voto marcan, el próximo domingo su esposa, la senadora Cristina Fernández, tendrá la oportunidad histórica de convertirse en la primera mujer electa presidente de la Nación, claro está, si es que logra superar la primera vuelta electoral.
En este turno electoral se presentaron 14 binomios electorales , con la particularidad de que ninguno de los dos grandes partidos (justicialismo y radicalismo) se presentan en la disputa con la sigla tradicional, sino a través de alianzas o partidos con aquellas inspiraciones.
En las dos primeras elecciones presidenciales del presente período democrático la definición quedó a cargo de radicales y peronistas.
En 1983, ganó el radical Raúl Alfonsín con el 51,7 por ciento de los votos, sobre el peronista Italo Luder que obtuvo el 40,2 por ciento, seguido muy lejos por el intransigente Oscar Alende con el 2,3 por ciento.
El radicalismo ganó con la consigna "Ahora, Alfonsín", quien durante la campaña había causado un fuerte impacto con la denuncia de un pacto militar-sindical peronista.
En la elección siguiente, ocurrida el 14 de mayo del '89, Carlos Menem se impuso por el 47,5 por ciento de los votos, frente al 37,1 que sacó el radical Eduardo Angeloz. El tercero fue Alvaro Alsagaray (UCedé), que logró el 6,5 por ciento, sobre un 84,6 por ciento de sufragios y sólo el 1,2 por ciento de votantes en blanco.
Menem triunfó con la consigna "Síganme, no los voy a defraudar", mientras que Angeloz proponía "Lápiz rojo" para controlar las cuentas fiscales.
Reformada la Carta Magna en 1994 con reelección presidencia, Menem ganó la elección el 14 de mayo del '95 con el 49,8 por ciento sobre la fórmula del Frepaso, Bordón-Chacho Alvarez, que orilló el 30 por ciento.
El tercer candidato fue el radical Horacio Massaccesi que consiguió un magro 17 por ciento de los sufragios. Votó el 82,1 por ciento del padrón y el voto en blanco levantó al 3,6 por ciento.
La cuarta elección presidencial desde '83 fue el 24 de octubre de 1999, oportunidad en que la Alianza con Fernando de la Rúa se impuso al bonaerense Eduardo Duhalde por 48,4 por ciento a 38,3. El ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, fue tercero con el 10,2 por ciento con el partido Acción por la República (AR).
En esa oportunidad, el nivel de votación alcanzó el 80,5 por ciento, mientras que los en blanco sumaron el 3 por ciento.
El radical De la Rúa ganó sin cuestionar la convertibilidad de un peso, un dólar impuesto por el gobierno anterior. En diciembre de 2001 abandonó el gobierno -graficada por la abrupta salida de la Casa de Gobierno en helicóptero- el mismo día en que morían víctimas de la represión policial cinco personas en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.
A De la Rúa le sucedió el senador nacional Ramón Puerta, presidente provisional del Senado, y a éste el entonces gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá, quien renunció a la semana y fue sucedido por algunas horas por el presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Camaño, que dio paso a la asunción del senador Eduardo Duhalde, quien llamó a elecciones tras de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.
La crisis monumental desatada en 2001/2002, donde millones de argentinos ingresaron de la noche a la mañana en la pobreza y en la indigencia, preparó el terreno para las elecciones presidenciales de 2003.
En la quinta ocasión en que se eligió presidente, el 27 de abril de 2003, se produjo la singularidad de que hubiera tres candidatos que tenían el escudo peronista del partido Justicialista. Sin dudas, fue una interna abierta del peronismo, dirimida por todos los argentinos.
Los candidatos del PJ fueron el ex presidente Carlos Menem, que sacó el 24,34 por ciento de los votos, quedó primero; Néstor Kirchner logró el 21,99 por ciento y se ubicó en el segundo lugar y Adolfo Rodríguez Saá se quedó en el quinto puesto. El tercero fue Ricardo López Murphy, de Recrear, quien consiguió el 16,35 por ciento de los votos.
Los votantes no llegaron al 70 por ciento de los electores habilitados y en blanco anduvieron por el 0,89 por ciento. En el aire aún flotaba la consigna de la crisis "que se vayan todos".
La segunda vuelta electoral debía producirse el 18 de mayo, pero Menem declinó presentarse y el 25 de mayo de 2003 Kirchner juró en el Congreso Nacional como el quincuagésimo tercer presidente de los argentinos.
Según la mayoría de las tendencias de voto marcan, el próximo domingo su esposa, la senadora Cristina Fernández, tendrá la oportunidad histórica de convertirse en la primera mujer electa presidente de la Nación, claro está, si es que logra superar la primera vuelta electoral.
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