Enrique Romero Oneto quedó en condiciones de reasumir como fiscal de investigaciones administrativas, después de que ocho de los veinte diputados integrantes de la Sala Juzgadora votaran en contra de considerarlo culpable de los cargos por los cuales la Sala Acusadora pidiera su destitución y su inhabilitación por diez años para ejercer cargos como funcionario público. Para que Romero Oneto fuera condenado se necesitaban de los dos tercios de los diputados, trece, que votaran afirmativamente y de éstos sólo hubo doce. Con distintos argumentos, uno a uno, los legisladores-jueces fueron revelando su voto y mientras José Luis Ananía, Delia Braun, Ricardo Consiglio, Josefina Díaz, Carlos Faus, Jorge Feliú, Delia Gette, Elsa Labegorra, Patricia Lavin, José Pérez, César Rodríguez y Juan Carlos Scovenna votaron afirmativamente ante la sugerencia de la Sala Acusadora, César Ballari, Marta Cardoso, Rodolfo Iturrioz, Héctor Mariani, Alicia Re, Roberto Robledo, Mara Schattenhofer y Antonio Vicente votaron en contra de una condena para el hasta hoy suspendido fiscal.
Los comentarios en los pasillos, una vez finalizada la votación, fueron extremadamente duros para la parcialidad marinista de la Legislatura provincial. No pocos se preguntaban cuantas razones habría tenido el diputado de la CPF Héctor Mariani para votar a contramano de su par de bancada, César Rodríguez. Este último probablemente haya sido quien explicó con mayor claridad los motivos por los cuales Romero Oneto debería ser separado de su cargo.
A pesar de que la información oficial de la Cámara de Diputados pampeana se refería como "ganadores" a los legisladores que salvaron al fiscal, quedó claro que la actitud que tomaron es la que les marca el resentimiento de los malos perdedores.