Dicen en los mentideros sindicales, más ahora que se avecinan elecciones internas, que una importante dirigente del gremio que agrupa a los docentes provinciales (UTELPA) habría retirado a su hijo de la EGB3 de una institución educativa provincial, para matricularlo en el colegio privado más caro, y exclusivo, de la capital de La Pampa.
Hasta aquí no habría nada de extraño. Sindicalistas con campos, autos portentosos, empresas florecientes e hijos en colegios exclusivos, donde se codean con sus pares de la patronal, abundan en Argentina.
Lo verdaderamente curioso sería el motivo por el cual la dirigente gremial pasó del sistema estatal al privado a su hijo: estaría espantada por el alto índice de ausentismo que se registra en la EGB 3 y el Polimodal, a partir del pase del presentismo al básico, “logro” que se atribuye ante quien quiera oírla.