Es común escuchar al presidente Néstor Kirchner decir que no sabe hacer otra cosa que dedicarse a la política. Dentro de 43 días dejará la Casa Rosada, pero lejos estará de abandonar el poder. Su prioridad será, a partir de ahora, el peronismo. Con la holgura que le dio el resultado de ayer, Kirchner se prepara para darle al Partido Justicialista su impronta, según resumieron a LA NACION dirigentes políticos allegados al Presidente. Ayer, todo era algarabía en el búnker kirchnerista; el tema era la segunda etapa de Kirchner, esta vez fuera del poder. El proyecto de la concertación plural que ideó con sectores del radicalismo como el compañero de fórmula de Cristina Kirchner, Julio Cobos, seguirá en pie. Aún es una incógnita cómo congeniará el Presidente su aspiración a reorganizar el Partido Justicialista y el armado de su naciente pluralismo. Hace apenas unos días, Kirchner dijo públicamente que reorganizará el peronismo, intervenido en la Justicia y desarticulado como tal en estas elecciones. Así se lo había prometido a un grupo de casi 30 intendentes del conurbano bonaerense que se reunieron con él antes de los comicios, para plantearle alguna rispidez que había generado el armado político de la Casa Rosada para las elecciones. Al otro día fue Kirchner a un acto en Ituzaingó y les prometió que se pondría al frente de la reorganización. El Presidente ha hablado ya largamente de su idea de modernizar los modelos partidarios tradicionales. Repite a menudo a sus allegados que los partidos merecen un análisis. En ese trabajo enfocará su futuro a partir del 10 de diciembre. ¿Alguien se lo imagina fuera de Balcarce 50? Es probable que no, pero él ya ha dicho a sus íntimos que no tendrá oficina en la Casa Rosada, como durante estos cuatro años y medio de mandato tuvo su esposa, en el primer piso. Kirchner dice que se quedará en la quinta presidencial de Olivos. Será ése el lugar desde el cual profundizará su armado político. Este año electoral, la herramienta de la concertación le sirvió para adjudicarse victorias que no fueron totalmente suyas. Pero siempre siguió necesitando del peronismo. Y lo sabe. Por eso, dos días antes del comienzo de la veda electoral se plantó ante los intendentes bonaerenses, amantes hasta el cansancio de la liturgia justicialista, y les habló de un "peronismo actualizado". Eso no es otra cosa, para él, que la concertación, que incluirá -según sus palabras- "reeditar el sueño frentista y concertador" de Juan Perón. El Presidente cree que la fuerza política que se propone tendrá "un gran sentido nacional y popular". Quienes más lo conocen le han oído decir a menudo que la concertación es, en rigor "el inicio de algo más amplio". Kirchner quiere nuevos liderazgos, gente joven, y a esa tarea se abocará sin descanso. Sabe que el tiempo no le sobra. En dos años, el gobierno de su mujer deberá enfrentar las urnas nuevamente, con las elecciones legislativas de 2009. Para ese momento, Kirchner espera tener más consolidado el espacio de centroizquierda que planea. ¿Qué hará con el PJ? Su enemigo público número uno, el ex presidente Eduardo Duhalde, prometió que el 10 de diciembre volverá a la política para reorganizar el justicialismo. No habrá lugar para los dos. Kirchner va en el mismo camino y las elecciones de ayer lo dejaron más que posicionado. Eso es, al menos también, lo que le pidieron los intendentes la semana pasada: que fuera él quien presidiera el partido y llamara a elecciones internas. Según se escuchó anoche en el búnker oficialista, el Presidente analiza que, vaciado de poder, el regreso de Duhalde a la arena política no tendrá un lugar privilegiado. La caída de ayer del puntano Alberto Rodríguez Saá también lo regocija. Era el único que podía hacerle frente en su intención de llevar al peronismo antikirchnerista para su lado, si conseguía un mejor resultado. Kirchner sabe también que deberá contener a los gobernadores del PJ. En ellos también se concentrará su labor a partir de diciembre. En menos de dos meses, copiará a rajatabla el modelo mediático que su esposa instrumentó cuando él llegó al poder: bajar el perfil. Nadie puede imaginarse que Cristina no le dé un espacio. Será, sin duda, su mayor consejero. Futuro Peronismo El Presidente se comprometió a organizar el Partido Justicialista. Los militantes esperan el final de la intervención y un llamado a elecciones. Funciones Kirchner se quedará en la quinta presidencial de Olivos. No tendrá cargo alguno, al menos que sea elegido presidente del PJ. Perfil Como hizo Cristina Fernández, su mujer, cuando en mayo de 2003 Kirchner llegó al poder, bajará el perfil para no opacar la figura de la nueva presidenta.
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