“El concurso para la jefatura del Despacho de Presidencia estaba digitado para que lo gane una persona que no es de la Cámara de Diputados, sino que es empleada de la Subsecretaría de Cultura. Lo que deberían haber hecho es darle directamente una categoría y no jugar con la gente”. Walter Montenegro expresó de esta forma su “bronca” por el concurso que se realizó para cubrir un cargo en una nueva oficina que crearon las actuales autoridades legislativas a sólo tres meses de irse. Montenegro es empleado de la legislatura y fue uno de los que se retiró del concurso cuando vio el tenor del cuestionario que debían responder. “Es como si vos te preparás para rendir matemática y física y cuando llegás al examen te toman geografía. Nos cambiaron totalmente las pautas”, afirmó.El concurso en cuestión se realizó el 14 de septiembre y la polémica estalló después que LA ARENA publicara ayer lo acontecido ese día. Seis empleados se presentaron para cubrir una vacante en Despacho de Presidencia, pero tres se retiraron sin concursar cuando leyeron las preguntas. El cuestionario interrogaba, entre otras cosas, sobre el detalle de entidades y números de resoluciones de la Presidencia de la Cámara que fueron beneficiadas con subsidios durante el mes de junio, y sobre montos de compras y contrataciones particulares. Esa información no solo es considerada irrelevante para determinar la capacidad de las personas, sino además, y por eso se sospecha del concurso, tendrían como objetivo favorecer a quien maneja esos datos.Impugnación.Montenegro, junto a otros dos postulantes, hicieron una presentación ante la junta examinadora solicitando la impugnación del proceso por irregularidades y, al mismo tiempo, reclamaron la sustanciación de un nuevo concurso. “La primera objeción que le hice a la junta es que las preguntas que estaban en el cuestionario no se condicen para nada con el llamado a concurso. En segundo lugar, no nos dieron el material como para prepararnos para concursar, ya que el llamado decía que teníamos que conocer la Constitución Nacional y Provincial, el reglamento interno y el funcionamiento de la Cámara, pero después preguntaron cualquier cosa. Me sentí totalmente traicionado en la buena fe”, dijo Montenegro.–¿Qué sensación le dejó el concurso?–Mucha bronca, porque si querían beneficiar a alguien tendrían que haberle dado directamente a esa persona una categoría y no jugar con la gente.–¿Considera que estuvo digitado?–Sí, y creo que es una barbaridad que llamen a concurso de un Despacho de Presidencia a poco de irse. Considero que estaba digitado para una persona que no es de la Cámara de Diputados porque, si bien es Ley 643, pertenece a la Subsecretaría de Cultura. Esa persona este año terminó de rendir las materias del secundario que le faltaban, de lo contrario no se podría haber presentado.
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