Pero sin poder contener su habitual incontinencia verbal, el ex ministro de economía dijo que "cuando vea que la gente me manifieste que me va a votar volveré a hacer política"
Asimismo, dijo en su participación como uno de los pioneros de la creación de la Fundación Mediterránea, hace 30 años, que “no quiero hablar porque mis palabras pueden sonar que estoy sangrando por la herida”.Sin embargo, casi sin esperar que el destacado periodista local, Gustavo Tobi, -un equivalente a Mariano Grondona, comentan los residentes en Córdoba- profundizara el diálogo en representación de los más de 400 asistentes a los festejos de la Fundación, Cavallo dijo que “estamos a oscuras, pero no soy yo el que ahora pueda encender la luz”.Luego de una larga defensa de los tiempos de la convertibilidad, porque gracias a las reformas estructurales que se hicieron a comienzos de los `90, como la reinstitución de la presentación del Presupuesto de Gastos y Recursos, en tiempo y forma en el Congreso, la ley de estabilidad financiera y de déficit cero, entre otras, que lo llevaron, según resaltó, a ser “el ministro de Relaciones Exteriores y de Economía que más tiempo pasó horas de trabajo en el Congreso”, explicó por qué la Argentina está a oscuras. Tiempos de estancamiento, pero no de hiperinflación“Lo que pasa es que en la Argentina la hipocresía y la mentira han vuelto a ser importantes, como ocurría 30 años atrás, cuando predominaba la alta inflación y el estancamiento de la economía” dijo un Domingo Cavallo, aplomado con la satisfacción de quien siente haber tocado el cielo con las manos, tras la aprobación pública y en su libro que hizo días atrás el legendario ex presidente de la Reserva Federal de los EEUU, Alan Greenspan.Y dando casi rienda suelta a su genio de querer explicar todo, y pese a que había dicho que no iba hablar, avanzó con el desarrollo de su argumentación: “la luz se va a encender pronto, cuando la gente se de cuenta que la están engañando”.“Los mayores problemas no van a venir del mercado mundial, sino de los errores recientes, como los que llevaron a la acumulación de distorsiones en los precios relativos, es decir el tremendo atraso del valor de las tarifas de los bienes y servicios públicos, producto de políticas acomodaticias que van a llevar a una espiralización inflacionaria”.Eso va a suceder, según Cavallo, “cuando se ajusten las tarifas y precios de los servicios públicos y se deteriore el déficit fiscal, hasta alcanzar niveles de 10% del PBI como ocurría en los 70 y 80, porque se va intentar compensar esas subas con aumentos de los subsidios a cargo del Tesoro. Y como el Gobierno se ha comprometido a mantener un tipo de cambio real alto, todos los ajustes se van a hacer sin que retrocedan los precios de los productos que hoy están adelantados”.En consecuencia, concluyó, “se puede caer en el estancamiento con inflación, aunque sin caer en hiperinflación porque se han reintroducido todos los defectos para que la inflación vuelva a tornarse un fenómeno permanente, si no se vuelven a las reglas claras que tuvimos en los 90”.En esos tiempos, destacó Cavallo, “Kirchner en Santa Cruz y De la Sota en Córdoba, por mencionar unos pocos ejemplos, ganaban las elecciones con facilidad porque la gente sabía que iba a estar mejor”, concluyó.
Asimismo, dijo en su participación como uno de los pioneros de la creación de la Fundación Mediterránea, hace 30 años, que “no quiero hablar porque mis palabras pueden sonar que estoy sangrando por la herida”.Sin embargo, casi sin esperar que el destacado periodista local, Gustavo Tobi, -un equivalente a Mariano Grondona, comentan los residentes en Córdoba- profundizara el diálogo en representación de los más de 400 asistentes a los festejos de la Fundación, Cavallo dijo que “estamos a oscuras, pero no soy yo el que ahora pueda encender la luz”.Luego de una larga defensa de los tiempos de la convertibilidad, porque gracias a las reformas estructurales que se hicieron a comienzos de los `90, como la reinstitución de la presentación del Presupuesto de Gastos y Recursos, en tiempo y forma en el Congreso, la ley de estabilidad financiera y de déficit cero, entre otras, que lo llevaron, según resaltó, a ser “el ministro de Relaciones Exteriores y de Economía que más tiempo pasó horas de trabajo en el Congreso”, explicó por qué la Argentina está a oscuras. Tiempos de estancamiento, pero no de hiperinflación“Lo que pasa es que en la Argentina la hipocresía y la mentira han vuelto a ser importantes, como ocurría 30 años atrás, cuando predominaba la alta inflación y el estancamiento de la economía” dijo un Domingo Cavallo, aplomado con la satisfacción de quien siente haber tocado el cielo con las manos, tras la aprobación pública y en su libro que hizo días atrás el legendario ex presidente de la Reserva Federal de los EEUU, Alan Greenspan.Y dando casi rienda suelta a su genio de querer explicar todo, y pese a que había dicho que no iba hablar, avanzó con el desarrollo de su argumentación: “la luz se va a encender pronto, cuando la gente se de cuenta que la están engañando”.“Los mayores problemas no van a venir del mercado mundial, sino de los errores recientes, como los que llevaron a la acumulación de distorsiones en los precios relativos, es decir el tremendo atraso del valor de las tarifas de los bienes y servicios públicos, producto de políticas acomodaticias que van a llevar a una espiralización inflacionaria”.Eso va a suceder, según Cavallo, “cuando se ajusten las tarifas y precios de los servicios públicos y se deteriore el déficit fiscal, hasta alcanzar niveles de 10% del PBI como ocurría en los 70 y 80, porque se va intentar compensar esas subas con aumentos de los subsidios a cargo del Tesoro. Y como el Gobierno se ha comprometido a mantener un tipo de cambio real alto, todos los ajustes se van a hacer sin que retrocedan los precios de los productos que hoy están adelantados”.En consecuencia, concluyó, “se puede caer en el estancamiento con inflación, aunque sin caer en hiperinflación porque se han reintroducido todos los defectos para que la inflación vuelva a tornarse un fenómeno permanente, si no se vuelven a las reglas claras que tuvimos en los 90”.En esos tiempos, destacó Cavallo, “Kirchner en Santa Cruz y De la Sota en Córdoba, por mencionar unos pocos ejemplos, ganaban las elecciones con facilidad porque la gente sabía que iba a estar mejor”, concluyó.
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