La Cámara en lo Criminal 1 resolvió ayer el crimen del empresario español Manuel Moneo Simón, ocurrido el 1 de diciembre de 2005, condenando a prisión perpetua a su socio Oscar Ceferino Paulino y al primo de éste, Miguel Angel Roldán Pereira. El tribunal consideró que "el ataque fue en conjunto" y que "existió un pensado proceso de acuerdos y aseguramiento de la situación", atento al lugar y a las imposibilidades físicas de la víctima para defenderse. Además absolvió a Abel Alberto Gauna del delito de encubrimiento porque no fue acusado por la fiscalía ni por la parte querellante.Los jueces Hugo Díaz, Carlos Novaretto y Arturo Tito Fresco concluyeron en la sentencia que a Moneo, de 68 años, lo mataron a media mañana en el campo "La Bolsa", ubicado sobre la ruta provincial 11, en Luan Toro, luego de golpearlo en la cabeza y en el rostro, y estrangularlo con una soga. Luego enterraron el cuerpo.La condena a perpetua -en la Argentina significa un máximo de 25 años, aunque podrían salir en libertad condicional en 2021- contra Paulino y Roldán fue por homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causa. Esta última figura se aplica al que matare "para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados, o procurar la impunidad para sí o para otro, o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito"."La víctima, por sus limitaciones físicas y superado por el número de atacantes, careció de posibilidades de oponer resistencia adecuada o pedir auxilio en la solitaria zona de campo, donde fue inducido a que se trasladara (junto a Roldán) con la excusa de verificar rollizos de madera en ese lugar, que eran de su interés por cuestiones laborales -sostuvo la Cámara-. En realidad, los atacantes habían pergeñado matarlo, aprovechando las características del lugar y la disminución física de Moneo (padecía diabetes), que no ofrecía peligro para ellos, a través de un plan previo con el objeto de apoderarse de sus bienes".Los jueces expresaron que el ataque se produjo en el interior del rodado que conducía el empresario y que Paulino había llegado hasta allí en un vehículo de su padre.El sector del predio donde apareció el cuerpo -por la confesión que hizo Roldán tres meses después del hecho- era alquilado por el productor Dency Andrada. Simón Moneo había ido a ver los rollizos porque estaba en el negocio de la madera, pues le alquilaba un aserrado en Conhello al ex juez de paz de esa localidad, Darío Sol. En ese emprendimiento era socio de Paulino (35 años), mientras que Roldán (36) trabajaba como empleado.Mucha plata.En otro tramo del fallo, el tribunal demostró que "Paulino dispuso de dinero perteneciente al occiso" y que "conocía que tenía sumas importantes, lo que coadyuvó a gestar la idea de eliminar a Moneo y el plan posterior de eludir responsabilidades". Para ello se basó en que tras el crimen hizo "pagos importantes" y prosiguió en el aserradero. Otro dato: en febrero de 2006 le cambió un cheque a un familiar por 13.400 pesos, costeó los gastos de pasajes que comprara Roldán "para simular los viajes de Moneo a San Luis y Rosario" y le dio a Sol "una suma importante" por el alquiler. Precisamente ambos condenados realizaron una serie de maniobras distractivas para ocultar el homicidio.Al momento de morir, Moneo Simón había recibido dos pagos por 136.000 euros y, además, tenía 100.000 dólares. Aún hoy se desconoce qué pasó con ese dinero. El juicio se extendió durante 45 días porque en el medio hubo dos hechos trascendentes: el fiscal Mario Bongianino modificó la acusación original -acusó a Paulino de homicidio cuando estaba imputado de partícipe secundario de ese delito- y los jueces se trasladaron hasta Luan Toro para reconstruir el crimen in situ. En ese acto Roldán -un ex enfermero apodado "Polaco"- aseguró que su primo fue quien mató al empresario, mientras que Paulino negó su intervención en el hecho.El fiscal, que había pedido prisión perpetua, sostuvo que "Paulino es el cerebro y el verdadero ejecutor de toda la maniobra".La investigación tuvo, al inicio, varios tires y aflojes, a tal punto que estuvo en manos de jueces y policías de San Luis y La Pampa. A tal punto que el comisario puntano Sergio Basconcello fue clave en el esclarecimiento -y uno de los testigos principales del debate- y el juez santarroseño Jorge Luis Howe quien tuvo a cargo la instrucción de la causa.Las defensas acusaron a Basconcello haber obtenido una confesión mediante apremios ilegales y malos tratos en perjuicio de Roldán y Paulino; por eso se abrió una causa penal en el Juzgado de Instrucción 4 de General Pico.
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