lunes, 26 de enero de 2009

"Prefiero ser drogadicto que homosexual"

EMILIO DE BENITO

¿Qué está peor visto, reconocer que uno se droga o que es homosexual? En España no se ha hecho la pregunta, pero en el Este de Europa hay datos que arrojan un resultado claro. Los últimos, ofrecidos por Onusida, son concluyentes: "Prefiero ser drogadicto que homosexual". Para llegar a esta conclusión, la agencia de la ONU se basa en el registro de casos de sida de Ucrania. En 20 años de epidemia, sólo han tenido 158. En ese tiempo en España, que tiene aproximadamente los mismos 46 millones de habitantes, se han declarado 10.649. Y la causa no está en una diferencia en el comportamiento. Lo que cambia, según Onusida, es la disposición de los afectados a reconocer unas u otras prácticas. Es una de las pocas -y elocuentes- cuantificaciones del estigma que acompaña a los homosexuales.
El trabajo, que forma parte de una trilogía en la que también se ha estudiado el nuevo enfoque de las autoridades chinas -con campañas específicas- o el problema en África -donde la transmisión heterosexual es tan apabullantemente mayoritaria que los homosexuales quedan relegados-, señala que una situación similar se da en países vecinos (Tayikistán y Turkmenistán no tienen oficialmente ningún caso de sida por relaciones entre hombres, Azerbaiyán tiene 10 y Bielorrusia, 29). "La mayoría de los hombres que tienen sexo con hombres lo ocultan. Nunca lo dirán. En cambio, explicarán que han tenido 'una práctica de riesgo, que se han estado inyectando drogas o que están preocupados después de haber ido al dentista", dice Zoryan Kis, de la Red Ucraniana de Personas que Viven con el VIH. "Que no existan estadísticamente no quiere decir que no haya un problema, pero el hecho de que las cifras oficiales sean tan bajas es un problema para nuestro trabajo, porque sabemos que la epidemia está ahí, aunque oculta".
Los datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades indican que un 30% de las infecciones de sida se da por prácticas homosexuales de riesgo, lo que multiplica por cinco la población gay del continente (se calcula que aproximadamente un 10% de la población es gay o lesbiana, por lo que la proporción de varones homosexuales debe de rondar el 5% o el 6% de los adultos). Ello ha hecho que países como España lleven a cabo campañas específicas para este grupo de población, empezando por las últimas para que la gente se haga la prueba y esté alerta (ya hay test que detectan un positivo en 20 minutos), tanto para tomar la medicación correspondiente si su estado empeora como para evitar la transmisión a su pareja.
Ucrania es el país de Europa donde el sida tiene una mayor incidencia. Se calcula que el 1,6% de los adultos está infectado por el VIH. Por eso se entiende menos todavía la baja cantidad de gays oficialmente afectados. Según la propia Onusida, en el país hay alrededor de 300.000 homosexuales varones (la organización da una horquilla que va de 177.000 a 430.000), de los que un 9% (la media del mínimo, 3%, y del máximo, 15%, estimado) tienen VIH. Ello arrojaría 27.000 infectados. Teniendo en cuenta las dificultades del acceso al tratamiento, no es arriesgado suponer que la proporción de ellos que ya tienen sida sea muy superior a la oficial.