La última batalla de Los Pumas en el Mundial. La última vez que la mayoría de estos jugadores se ponían la camiseta celeste y blanca en una Copa. También la última vez que Marcelo Loffreda dirigía a este seleccionado, luego de siete años en el cargo. Por eso y muchas otras cosas más, este encuentro por el tercer puesto con Francia tomaba un valor incalculable. En la mejor actuación de Argentina en toda la historia, este final merecía ser con sonrisa. Se lo prometió el plantel después de la derrota con Sudáfrica y con ese objetivo salieron al Parque de los Príncipes.Los dos llegaban golpeados a este duelo. Los Pumas no pudieron con la potencia de los Springboks en las semifinales, mientras que el organizador cayó inesperadamente con Inglaterra y tuvo que conformarse apenas con luchar por el podio, en un torneo que arrancaron con las esperanzas de levantar por primera vez la Web Ellis Cup. La primera emoción de la noche fue para los himnos. Como nos tienen acostumbrados, los argentinos lo cantaron con el alma. Se hicieron oír como aquel 7 de septiembre en el debut, que ahora parece tan lejano. Pasó la Marsellesa y se dio el comienzo a la acción. Curados de espanto, los locales comenzaron muy diferente al primer partido del certamen. Concentración absoluta para los de Bernard Laporte. Si alguien creía que este encuentro por el tercer puesto poco les importaba a los jugadores, rápidamente quedó demostrado todo lo contrario. Cada pelota era disputada con el corazón y los roces no se hicieron esperar. Francia tenía la intención de jugar de todos lados. Por su parte, Argentina apostaba a ese estilo que tanto rédito le dio a lo largo de este Mundial. Cada vez que podían mandaban la pelota a campo contrario y trataban de presionar. Por momentos, no era tan efectivo y le daba grandes oportunidad de atacar al rival. Entre los mínimos errores que cometían los franceses y la férrea defensa de Los Pumas, los locales no podían marcar pese a estar en las 22 yardas por un largo tiempo. Solo sumaron con un penal de Jean Baptiste Elissalde y los de Loffreda respondieron con otro de Felipe Contepomi.Una y otra vez Les Bleus arremetían, pero por equivocaciones propias y virtudes ajenas, nunca alcanzaban el in goal. En cambio, en la primera que tuvo Los Pumas facturaron. Movieron la pelota y después de una buena intervención de Alberto Vernet Basualdo, a Felipe Contepomi le quedó un agujero enorme por el ciego y lo supo aprovechar. Y encima metió la conversión de un lugar muy complicado. A partir de ahí, un antes y un después en el encuentro. Con inteligencia y llevando a cabo a la perfección el plan táctico, Los Pumas conseguían sumar cada vez que estaban en campo contrario. Juan Hernández falló un drop que dio en el palo, pero en la misma jugada Omar Hasan, en su partido despedida del seleccionado, logró zambullirse y marcar su try. 17-3 para los sudamericanos. Los minutos finales de ese primer tiempo se disputaron en las 22 yardas de Argentina. Durante ocho minutos estuvieron a centímetros de la línea los galos y la defensa de Los Pumas respondió a pura garra. Roncero fue uno de los estandartes en esa batalla. En Francia, Ibáñez era el encargado de mandar a los suyos para adelante, aunque siempre en frente chocó con una barrera. Piñas de un lado y de otro. A los 43, tras un penal de Rimas Alvarez que le costó la amarilla, el árbitro neocelandés Paul Honnis dio por terminada la etapa inicial. También se fue al vestuario con una tarjeta Ibáñez. Desde las tribunas bajó una silbatina que aturdía contra los argentinos.
olé